Miro
por el ventanal,
y al final de la calle,
observo
el farol
que resplandece,
me llama a reflexionar.
Hasta
en la noche
mas profunda,
siempre habrá,
una pequeña,
luz de esperanza
para cambiar las cosas.
Hoy
tengo ganas
de escribir
de reír,
de vivir,
de sentir,
porque vencí,
porque vencí.
No voy librado al azar,
no hago demagogia del mal.
No soy un bote impelido por el viento,
no soy un coronador de sueños rotos,
frutos del error pérfido, de la sociedad.
No soy lo que no quiero ser.
Soy entero,
fresco,
cabal,
algo nuevo.
Soy herramienta
del destino universal.
Soy causa y efecto,
soy vuelo,
entrega y desafio.
Soy el oído
que te contendrá
a la madrugada,
un corazón.
Soy el viento,
ese,
que refresca
tu alma,
una tarde de verano.
Soy esa lluvia,
anhelada,
del verano.
Soy lo que quiero ser.
El farol de la calle
se ha apagado,
curiosamente,
una paloma ,
se posa en él.
El trino,
mi inmsomio,
el vecino.
Todo esta
donde debe estar.
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