lunes, 13 de diciembre de 2010

Nacer otra vez

La luz del entendimiento
se hace hoja en mi piel.
(Vos, mi faro a la distancia,
mi lumbre en la penumbra,
me colmas de dicha)
Dos, y un tango eléctrico
que susurra precursores compases.
La canción de la memoria,
el nuevo canto,
el que ya está acá.

Luz de la victoria,
ya no ausente de mi vida.
Tres, y los milagros,
de un tambor,
de un saxofón,
un ritmo,
y mi amor.
Mi guitarra y yo,
mi canto y mi sudor.
Fueron incontables
las lágrimas
que parieron
este devenir,
fueron innombrables
las visiones,
que en la noche,
sacudieron
la barca de mis sueños.

La canción
ya no desespera,
espera,
como supe
aguardar la luz,
de este nuevo amanecer.

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