miércoles, 22 de septiembre de 2010

Mi guitarra y yo:


Soy el león que canta fuerte
que ha escapado al domador.
El trovador de las asperezas.
Sabe bien que soy diamante
en bruto hacia soledad,
y conspiro eternidades.
También, soy el criador de sueños
y su sembrador,
soy la voz de tu presagio.

Mi guitarra y yo, mi sangre y mi sudor.
Son mis lágrimas el pacto con mi integridad.

Toda mentira que reina
ávida por la idiotez,
el delirio y sus vigilias.
Los besos alados,
los cariños resignados,
los amores perdidos por ahí.
Todo es vano a su momento,
todo es rico a su saber.
Todo lo bueno viene del cielo.

Mi guitarra y yo, mi sangre y mi sudor.
Son mis lágrimas el pacto con mi integridad.

A la orden del día el mal,
a orden del día el bien,
Cada cual escoge donde sembrará.
El recuerdo del más guapo
en la noche aguardará,
donde se ocultan, bien, los secretos.
Soy el león que canta fuerte
por justicia y equidad.
El trovador que camina en las piedras.

Mi guitarra y yo, mi sangre y mi sudor.
Son mis lágrimas el pacto con mi integridad.

Serás la primavera:


Será tu la canción de la alborada,
Serás tú la canción crepuscular.
Alma de monte, tibia, encantada.
De resplandor y de amanecer.

Hay una luz en el tiempo, apuntándote, para vivir.
Hay un misterio en tus ojos, para nacer…

Serás tu canción de la primavera,
Será tu canción cautiva de América.
Un ángel del sol y cultura eterna.
De libros, de adiós, de fuegos amor.

Hay una luz en el tiempo, alumbrándote para seguir,
Hay un destello en tus ojos para nacer…


martes, 21 de septiembre de 2010

El silencio del verano:


El silencio del verano
Importuno llego,
que arropa viejas prendas.
El silencio de ese llanto,
cual hijo del alba y la penumbra.

Carrusel de la demora
y también del azar,
que adorno los hermosos
secretos del mar.

El silencio del verano
en la noche turbo,
como un retoño amargo.
El silencio que hace al canto,
peregrino, de las olas, de las playas, de un sin fin.

Pendenciero por de a ratos,
tan irónico en Abril,
que callo las tormentas que habrían de venir,
sobre la quietud del mar.

Caminante nocturno


Dulce cadencia y un tibio atardecer
Que enciende la hoguera
De mi fuego reciente.
Risas veras que, hoy, no están de mas,
Que anhelan despertar
Las mas potente esencia.
Sueños fortuitos que van quedando atrás
Entre paréntesis que habrán de revelar
Que hubo en el pasado.

Fue entre la niebla que pudo
Mirar el resplandor de su lucero.
Oh! Caminante nocturno, carne de cristal
Un beso aquí, un beso allá.
Una verdad, dos o tres más.

Una doncella que trae de luz amor
Una plegaria que anima su calor
De estas frías mañanas.
Preso del miedo que consiste en amar,
Son las pestañas curtidas del dolor,
Tan inconscientes.
Desfallecer en memoria de ganar
Entumecer por principio de un final
En lo que a mi me concierne.

Fue en las tinieblas que supo
Sentir el resplandor de su lucero
Oh! Caminante nocturno, carne de cristal
De esta plegaria.
Un beso aquí, un beso allá.
Una verdad, dos o tres más.

Donde dobla el viento:


 El viento grita en el desierto,
Bajo las alas de esta ciudad austral.
El día, quieto cual espejo,
Reflejo de la vida y su compás.

Viene acechando una muerte,
Que es la del alma, en esta ciudad.

La lluvia, rima con el viento,
En coordinas, siempre, indómitas.
Se cuela, así, por entre las rocas,
Deteriorando todo material.

Quien se atreve a derribar,
Los tristes muros de esta bobera.

El día, grita de mañana,
Bajo una melodía o un mate de hogar.
Los sueños, misterios tan complejos,
Ay! del que gira en su descifrar.

Solo hay un momento y nada más,
Es el presente, y no debe esperar.

El viento, grita en el desierto,
Bajo las alas de esta ciudad austral.
El día…
Los sueños…
La lluvia…
El viento.

Arena, viento y mar:



 Voy meditando en mis pasos alados,
en lo mas recóndito
de mi conciencia.
Las visiones que mi alma estrecha,
la oportunidad
de la mera existencia.
Voy sembrando semillas
que caen junto a flores,
voy recogiendo el fruto sagrado
de los corazones.

Quien habrá que abrigue
una noche estrellada,
de fuego y de luna dorada,
en el firmamento, locuras de amor,
tan mensajeras que rompen el tiempo.

Sigo dando vueltas en mi razón,
sigo buscando siempre la cuestión
que me consume.
Me entrego a la brisa del mar que no opone
los sentimientos que estan renaciendo
desde la conciencia.
Tengo mis pies que saben el camino,
tengo en mi mente bien claro el destino,
el tesoro sentido
de su presencia..

quien habrá que abrigue
una noche estrellada,
de fuego y de luna dorada,
en el firmamento locuras de amor,
tan mensajeras que rompen el tiempo

La querella del mal:



Quiero hablarte de la historia,
quiero contarte una verdad.
Va el hombre en su infierno,
el de la muerte sembrar.
Dia a día, hora a hora,
siempre un pobre ha de pagar.

Maquinaciones y un frío engranaje,
la querella del mal.
Insulsos analistas, pretensiosos por demás,
títeres de un diablo.
A merced de un mercenario mundo que no sabe amar,
que vaga en la oscuridad.

Suman sus cuentas y crean dolor,
mientras devastan la tierra,
queman el cielo y la vida también.
Hacen un muerto inocente, ya ves,
mientras bendicen sus guerras,
matan al mundo, se creen como Dios.

Grandes simulaciones, un señuelo te ofrecen,
parte en conspiración
de su infamia y terror.
Cada cual en su camino,
olvidando, para ser
un tanto mas insensibles a la verdad.

Pero el amor hoy te ampara,
como ave de cristal,
sobrevolando en el mundo.  
Crece en el viento, rompe en el sol,
el grito de la madre selva,
viene quebrando a la muerte su voz.

Crean un monstruo que tiene ciempiés,
mientras despiertan abismos,
siguen mintiendo ¿a cuesta de qué?
Sigo resistiendo en mi alma el dolor,
mientras veo los sucesos,
de los enemigos del tiempo.





Una canción de luz: ( Las tiernas madrugadas )


Una canción de luz,
Una canción de amor,
Que valga la pena parir.
Una canción intermitente,
Que haga revolución,
que eduque nuevas mentes.
Una canción mejor,
Una canción de eternidad,
Que eleve la moral y el ruego.

Desde la brisa me acompañará, entera.
Entera por soñarla despierta.

Una canción letal,
Una canción tajante,
Que alumbre en las tinieblas.
Una canción irrevocable,
Que siembre la obligación
De mirar la tierra.
Una canción de mar,
De bosque y de pradera,
De canto sin condena.

Desde la brisa me acompañará, entera.
Entera por soñarla despierta.

Eterna, eterna, de loca madrugada.
Eterna, eterna, de loca madrugada.

Una canción vital,
De canto indispensable,
De noche sin frontera.
Una canción indiscutible,
Que transforme en eternas
Las buenas madrugadas.
Una canción de mar,
De monte y madre selva,
de canto sin frontera.

Desde la brisa me acompañará, entera.
Entera por soñarla despierta.