Entender,
sustraer,
lo mejor de cada ser.
Ser,
estirpar,
acaudalar,
lo que no tiene peso.
Ser un instante,
un amanecer o
un atardecer,
o las mismas estrellas,
que creyeron en ti,
cuando las mirabas
con tierno agradecimiento
por el simplre hecho
de que esten alli.
Una terraza,
un beso,
el mundo
a lo lejos...
El deseo,
lo atemporal,
la desintegracion del tiempo.
Jugar con la noche,
compartir,
a la tenue
luminosidad
de una vela,
otro rato de amor.
El ventanal,
que nunca dira,
lo que alli dentro morase.
Que no contara
lo que las paredes mirasen
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