Otra voz

Palabras
van vienen,
danzan
en el viento,
en la armonia,
con la canción.
En tu panza,
jamas amante.
Retraída,
alejada,
de las melodías,
la noche,
la única salida,
de tu amor.
Un fantasma
que ya no,
un sueño,
que ya no.
Un llamado,
que ya no.
Un beso,
que se olvido.

Tu,
guitarra
de mi cuerpo,
tu,
voz
que supo ser
mi ensueño,
que perdí
que malgaste,
que sufrí
y sufrió,
que aún,
no murió.
Un ángel,
un final.
Otro sueño,
otra voz.
Otra brisa,
otro amor,
otro adiós.

El poeta

El poeta camina,
el poeta se desespera.
El poeta es un pequeño
rincón de esta ciudad.
El niño se desangra,
debe aprender a elegir,
mientras  la flor y un retoño
le sonrien por detenerse allí.
El poeta sufre,
tambien canta victorias,
el poeta es el pueblo,
es el vecino, o un enemigo.
El poeta escribe,
sin saber que dice,
pero hace luz.
El poeta vive su locura,
que es solo suya,
que es solo mía.
(Cada cual vive su locura)

El poeta me enseña
a partir brazos a la nada.
El poeta siempre halla valor
para decir lo que sintió hoy.
El poeta es perezoso,
marginal, clásico, pero inmaculado.
El poeta es la vieja prenda
que desecha la sociedad.
El poeta es el oro invaluable
que no posee el banco mundial.
El poeta viaja
en un lugar sin tiempo,
sobre la arcilla,
de las coronaciones.
El poeta roba lágrimas,
a la vida,
para verla sonreír.

La gloria

Calles
de revolucion,
la lluvia
es la luz,
Noche
profunda.
El espejo
es el tiempo,
la guitarra,
el mito,
contra
las mentiras,
verdades
de hoy
La vida, 
de los sueños,
artificial,
sin color.

With you

Entender,
sustraer,
lo mejor de cada ser.
Ser,
estirpar,
acaudalar,
lo que no tiene peso.
Ser un instante,
un amanecer o
un atardecer,
o las mismas estrellas,
que creyeron en ti,
cuando las mirabas
con tierno agradecimiento
por el simplre hecho
de que esten alli.

Una terraza,
un beso,
el mundo
a lo lejos...
El deseo,
lo atemporal,
la desintegracion del tiempo.
Jugar con la noche,
compartir,
a la tenue
luminosidad
de una  vela,
otro rato de amor.
El ventanal,
que nunca dira,
lo que alli dentro morase.
Que no contara
lo que las paredes mirasen

Deja

Deja,
que te vea,
sola.
Deja,
que te note,
a contraluz.
Deja,
que te enseñe
mi desierto
de luz.

Deja,
que te nutra
el viento,
en la dulce
prosa
de ayer.
dejame
ser tu poema,
y tu,
mi canto,
sobre tu piel.

Deja,
que no exista
el tiempo,
que
se haga fuerte
tu voz.
Dejame,
ser tu animal,
tu salvaje,
tu mago,
tu trovador.

Dejame
ser
el prado,
donde
se poseen
tus pies.
Dejame
ser
la tormenta
y el cielo,
donde
se colmen
tus sueños.

Tarde de lluvia

Hoy
solo resta
besar
los pies
del alba.
Caminar
con pasos
silenciosos,
para
no perturbar
a la lluvia.
(Así la lluvia
no se habrá
de enterar)

Entre...
el cielo razzo
y la ventana,
el sonido
rompe
en las ganas
de decir.
En la necesidad,
en la noble urgencia,
el precio de vivir.

El deseo
de tu boca,
el brillo
de tus ojos
en un mediodía gris.
La tarde,
el aguacero,
la tormenta,
que se niega
a huir.
El barrio,
los vecinos,
las casas,
tiroteadas,
por decir.

La música,
una lámpara,
un escudo al vivir.
Tan veloz,
tan etérica,
tan leve
en su forma.

Hoy
solo resta
mojar el alma
en agua
sentir,
despertar.
Crear,
de un modo
sigiloso,
la canción
una
que tenga
derecho
para hablar.

Besos de chocolate

Besos de chocolate,
anhelando entrar,
rompiendo
en suspiros.
devastando
dolores,
desatando
la luz,
volviéndose,
tan natural.
Queriendo ser...
tan natural.

Caí en cuenta
de tu mirada,
caí en cuenta
de tu sonrisa,
caí en cuenta,
del amor.
Querubín alado,
de los sueños
postergados,
que amansan,
el porvenir.