jueves, 7 de octubre de 2010

La plenitud:

Huele la plenitud del aire,
en los caminos.
Huele las sierras, y sus causes,
tambien sus sonidos.
Huele lo que nadie puede oler,
por las engaños.
Huele la tierra y sus diamantes,
mas bien, gusanos de carne.

¡Ay! calavera…
¡Ay! Calavera…

Huele los bosques tempranos,
que se han quedado sin amantes.
Huele los pastos mojados,
praderas del fin de un mundo encantado.
Huele la lluvia y su música,
paridas fuertemente por las nubes.
Huele el sol de las mañanas,
tan puro, tan sano, tan olvidado.

¡Ay! calavera…
¡Ay! Calavera…


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