miércoles, 22 de junio de 2011

Inmsomio

De la sabia ordenanza de los tiempos,
cuando los bosques se tornan gelidos,
paradigmas inabarcables y necios.
Tanta prisa invoca el invierno,
que es desmesurado no afianzar el lazo.
Cualquier dulzura infunda el terror,
y hasta el mas bravo siento un leve resquemor
por cierta ambivalente proveduria.

Siembra que recogeras,
cosecha la buena era,
y el llanto no sera mas.
Esparce manantiales de luz,
aunque ella no entienda.
No podemos culpar a los inculpables,
no debemos abismar a los sagaces,
ni torcer el ciclo de las cosas;
solo llenate de luz,
de viento, risa y roca.
De truenos simientes,
que evocan al duende de la creatividad,
al origen de la voz
que gimio en aquella madrugada, 
una, como lo fuese hoy.

Destilas mi sueño,
retrasas mi letargo,
alargas, esta noche, mi andar.
¿Fuesen juiciosas tus miradas?,
¿Es predecible mi clamor?.
Sabor de las lejanas sabanas,
tinta nocturna, selva de amor.
Despojas mi ensueño.
Cada aliento despierta,
a un sinsonte de alas pardas,
que viaja inescrutable hacia la cordura del amor.
Sin juicio bate sus alas,
y levanta el polvo sin dolor...
Sin temor.


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